El término nini​ (ni estudia, ni trabaja) se emplea para referirse a jóvenes que ni estudian ni trabajan. El término viene del inglés: NEET (not in education, employment or training) se introdujo formalmente por primera vez en el Reino Unido en 1999 con la publicación del Informe «Bridging the gap: new opportunities for 16-18 year olds not in education, employment or training» («Cerrando la brecha: Nuevas oportunidades para jóvenes entre 16-18 años que no estudian ni trabajan ni reciben formación»). 

Este estado es cada vez más frecuente encontrarnos con jóvenes inmaduros que desaprovechan todas las posibilidades que sus padres les ofrecen; chicos que exigen todos los derechos pero que no tienen percepción de responsabilidad alguna correlativa; jóvenes que intentan alargar sus estudios sin esforzarse en sacarlos a delante o con un mínimo rendimiento o que directamente los han abandonado pero que tampoco son proactivos a la hora de buscar un trabajo y siguen viviendo en el domicilio familiar o percibiendo una pensión alimenticia. 

Además, el problema se suele agravar caso de convivencia con hermanos menores, o cuando se añade el mal comportamiento o la agresividad física o verbal dentro del domicilio familiar, según indican expertos. De hecho, esta situación se suele dar cada vez con más frecuencia en familias acomodadas y unidas que han podido ofrecer a sus hijos todo tipo de recursos, apoyos y facilidades de formación y educación. 

La generación “nini” define a todos aquellos jóvenes que se han convertido en “malcriados que viven del cuento”, diciendo que no encuentran trabajo de lo suyo y aprovechan así a vivir de sus padres, hasta edades que superan su mayoría de edad. Es importante tener presente que como norma general la pensión no es solo la alimentación sino también todo lo referido a la vida en general: educación, gastos médicos, etcétera así lo recoge el artículo 142 del Código Civil. 

Muchos progenitores se preguntan, ¿puedo dejar de seguir abonando a mi hijo la pensión de alimentos? ¿Puedo dejar de sufragarle sus gastos? O incluso ¿puedo negarme a que mi hijo siga vivienda en mi casa? 

Si es cierto que la pensión que tienen que pasar los padres a sus hijos no se acaba cuando los menores cumplen la mayoría de edad, pero esto no significa que sea una obligación de por vida. El límite para pagar la pensión no está fijado en la edad, sino en la capacidad de los hijos para mantenerse por sí mismos sin la ayuda de sus progenitores. Esto significa que la manutención se alargue en el tiempo depende de las circunstancias personales de cada caso, dependerán del criterio de cada juez y así lo demuestran y recogen las diferentes sentencias dictadas hasta la fecha. 

Sin embargo, hay sentencias que admiten esa extinción de la retirada de la pensión, justo por demostrar lo contario, que los hijos se comporten de manera pasiva ante la vida demostrando una vagancia continua en la que el hijo ni estudia, ni trabaja por propia voluntad, y que han acabado por dar la razón al progenitor. 

Entre ellos hay varios ítems:  

  • Que el hijo esté en condiciones de incorporarse al mundo laboral por haber finalizado la formación académica correspondiente y tenga falta de interés por encontrar o conservar un trabajo. 
  • La maña conducta. Nos referimos a conductas que pueden ser constitutivas de malos tratos psicológicos (insultos, injurias, vejaciones) o incluso malos tratos físicos frente al progenitor.

En Javier Romeu.Abogados abordamos este tema y lo tratamos con la mayor y absoluta delicadeza.